El "producto mínimo viable" es un concepto ampliamente mal utilizado y mal entendido. Pero es poderoso cuando se hace bien. En este artículo, aprenderás: La definición de un producto mínimo viable (MVP), qué preguntas hacer para crear un MVP, y cómo probar tu MVP.
Un producto mínimo viable (MVP) es una versión temprana de un producto, como una aplicación SaaS (software como servicio), que está diseñada para asegurar que la visión y la estrategia del producto estén alineadas con las necesidades del mercado.
Típicamente, un MVP ofrece justo la funcionalidad y el valor necesarios para atraer a los primeros adoptantes y otros innovadores. No es no una versión beta de tu producto, diseñada para detectar errores o para afinar características y elementos de la interfaz. Tampoco es no una idea que existe solo en papel (o diapositivas), o una demostración cruda de un prototipo.
En cambio, el término “MVP” sugiere algo muy específico:
Mínimo: el menor número de capacidades, características y empaques que…
Viable: entregar suficiente valor para que los clientes estén dispuestos a gastar dinero (o otra moneda como información personal)…
Producto: en algo que pueden usar hoy… no solo invertir en un concepto futuro, promesa u oferta.
Los objetivos de un MVP son validar la premisa de un producto, probar hipótesis sobre las necesidades del mercado, hacer ajustes a la visión del producto y priorizar dónde invertir en desarrollo futuro. Como tal, los MVP son un enfoque poderosamente efectivo para encontrar el ajuste entre producto y mercado.
Los grandes MVPs comienzan con preguntas difíciles
No te dejes engañar pensando que “mínimo” significa “fácil”. Determinar el conjunto de características mínimas de un MVP es un trabajo duro, pero hacer las preguntas adecuadas es una parte importante del proceso.
¿Qué problema intentas resolver y realmente es un problema que vale la pena resolver?
Todos nosotros encontramos puntos de dolor grandes y pequeños en nuestras vidas diarias. Si has identificado uno que crees que necesita una solución, pasa un tiempo considerando si es un problema que tiene suficiente fricción como para que la gente quiera usar tu producto.
Por ejemplo, considera Uber. Cualquiera que haya pasado tiempo suficiente en una gran ciudad sabe lo frustrante que puede ser estar en la acera e intentar parar un taxi. Ese era un punto de dolor lo suficientemente grande como para que Uber fuera atractivo para cualquiera que quisiera poder simplemente sacar su smartphone, lanzar una aplicación y convocar rápidamente transporte.
Por otro lado, considera Juicero. Resultó que muy pocas personas querían un exprimidor de jugo caro que tenía Wi-Fi y requería escanear un código QR antes de que pudiera exprimir un paquete de jugo. No ayudó que exprimir un paquete de jugo a mano funcionara casi tan bien como ponerlo en la prensa.
¿Cuál es la forma más fácil y directa de resolver el problema?
No te preocupes por todas las características geniales que tu producto podría ofrecer. Simplemente piensa en la línea recta del problema a la solución, con el menor número de pasos posible en el camino.
Considera Uber nuevamente. Originalmente conocido como UberCab, se ofreció primero solo en San Francisco y solo contaba con un servicio de autos negros que era más caro que un taxi. Sin embargo, te permitía conseguir un paseo simplemente haciendo clic en un botón o enviando un mensaje de texto, y esa funcionalidad básica resultó ser increíblemente popular. Ver lo bien que funcionaba convenció a la compañía de perseguir agresivamente la idea.
Probando “minimum value” paso a paso
Como se mencionó anteriormente, un MVP adecuado significa algo bastante específico. Pero así como un MVP ayuda a acelerar la adecuación del producto al mercado, también hay formas de llegar a un MVP más rápido y con menos riesgo. Aquí hay tres enfoques para probar mientras trabajas en el desarrollo de un MVP.
Antes de construir un MVP, prueba tu promesa y oferta
No necesitas siquiera tener una sola línea de código escrita para comenzar por el camino de crear un MVP. Crea una página de aterrizaje completa con puntos clave convincentes que vendan a las personas las características de tu producto y capturas de pantalla simuladas que les muestren tu visión. También podrías querer crear un video que narre tus capturas de pantalla y explique qué problema resolverá tu producto.
Incluye un campo de registro donde los visitantes puedan agregar sus direcciones de correo electrónico a tu lista. Incluso podrías listar diferentes opciones de planes de precios y pedir a las personas que elijan la que les interese, lo que te ayudará a entender qué quieren de tu producto.
Crea una campaña de AdWords para atraer a las personas a la página de aterrizaje, para que sepas qué palabras clave de búsqueda están generando más tráfico. Te podrías sorprender con los resultados.
Estos pasos preliminares no reemplazarán un MVP real, pero pueden ayudar a determinar si desarrollar un MVP vale la pena.
Usa un proceso manual para entregar tu producto o servicio
El truco con este enfoque es dar la ilusión de que estás ofreciendo una experiencia completamente funcional, incluso cuando no lo estás. Mientras estés dando a los clientes lo que pagaron, no importa si estás utilizando un proceso torpe tras bambalinas.
Por ejemplo, cuando el fundador de Zappos, Nick Swinmurn, tuvo la idea de vender zapatos en línea, que parecía absurda en 1999, primero probó su concepto fotografiando zapatos en estantes de tiendas y listándolos para la venta en su sitio. Cuando alguien compró un par, él los compró en la tienda y los envió.
Si bien ese no era un plan viable a largo plazo, esa idea simple le permitió a Swinmurn ver si estaba correcto en su suposición de que la gente compraría zapatos en Internet sin probarlos primero. Resultó que tenía razón. Y como beneficio adicional, no tuvo que invertir mucho en stock de almacén y arriesgarse a quedarse atascado con muchos zapatos sin vender.
Utiliza aplicaciones y servicios existentes para aproximar la experiencia
Hay muchas formas de usar la tecnología moderna para crear un proceso que luego puedes refinar con un desarrollo de software único. Puedes utilizar herramientas existentes para desarrollar esencialmente una demostración sin gastar mucho dinero en recursos de programación.
Por ejemplo, Groupon comenzó como un sitio de WordPress donde el fundador Andrew Mason y su pequeño equipo publicaban ofertas como entradas de blog. Utilizaban un AppleScript para generar un PDF de un cupón que enviaban por correo electrónico a todos los que habían reclamado una oferta. Era una manera torpe de operar, pero demostró que el concepto funcionaba.